sábado, 29 de agosto de 2015

La canción del mar, Tomm Moore

Me encantan las películas de animación. Y con esto no me refiero a un género de cine en concreto. La animación no es un tema, una estructura narrativa o un estilo de hacer cine, sino un mero formato, o mejor dicho un medio. Pero, y es en parte por lo que tanto me gusta, es un medio que, entre otras cosas, ofrece enormes posibilidades y facilita la creación de un universo propio, único, en el que se desarrolla la película. La canción del mar es un gran ejemplo de ello.

La película nos cuenta la historia de dos hermanos, Ben y Saorsise, quienes no mantienen muy buena relación, ya que éste culpa a su hermana de la desaparición de su madre cuando él era pequeño. Después de un incidente, tienen que marcharse a vivir a la ciudad con su abuela, dejando atrás su hogar en un aislado faro, a su padre y a su perro, lo que sólo agrava la situación. Ben decide escaparse para volver junto al mar y su fiel mascota y, acompañado por su hermana, se lanza a una aventura en la que se van con cruzando los distintos personajes de las leyendas que le contaba su madre y en la que Saorsise tendrá un papel fundamental.




No conocía el estilo de Tomm Moore, ya que no había visto su anterior película, El secreto del libro de Kells, pero quedé automáticamente fascinada. El diseño de los escenarios y los personajes tienen tal fuerza que te atrapa desde el primer instante, con un prólogo que te mete de lleno en la historia y te deja con unas ganas insaciables de seguir viendo más. En todos los fotogramas se puede apreciar un gran cuidado; cada uno de ellos parece una ilustración individual a la que se ha dedicado un enorme trabajo y luego se ha decidido animarla. Así la película alcanza una estética única, mágica, tremendamente sugerente, en la que lo real se mezcla con lo fantástico y la imaginación de los niños con la encarnación de las criaturas propias del folclore irlandés y con la reinterpretación de los increíbles paisajes de este país.

Esta ambientación tan maravillosa se completa con la banda sonora compuesta por el gran Bruno Coulais (Los mundos de Coraline, Los chicos del coro), muy presente durante toda la película y que transmite de forma excepcional el misterio, aventura y fantasía que inundan la historia.

En definitiva, La canción del mar es un cuento muy original, con un tratamiento de lo visual  único, incomparable. Una película que es un auténtico deleite para los sentidos. Y yo soy tremendamente feliz de que la animación tradicional nos regale joyas tan cuidadas como esta.

Tráiler (inglés | español)